Por mucho que él fuera frío y distante, consiguió ablandarle por momentos. Cada instante que pasaba su corazón gritaba un latido desbocado y con el paso del tiempo llegó a rebozar ternura por cada poro de su piel, entregándose al momento.
Siempre joven, ella le revivía por mucho que avanzase en edad. Llegó un momento en el que su cuerpo se consumió del todo, marchitándose incluso como la flor más hermosa de todas; pero la luz centelleante de su interior no dejó de palpitar con fuerza, brillando en cada sonrisa
Al fin y al cabo, todos tenemos un the end; pero él no. Más allá seguía creciendo en amor, el amor que ella le dio. Inagotable.
®Cceli.
2 comentarios:
Muy hermoso ese amor.
te sigo
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Un abrazo desde Barcelona!
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